Diarios de Viaje Nuestras guías RoadTrips

Día 1 en Grecia: Vuelo hasta Atenas y recorrido en coche hasta Meteora. Parada en Lamia.

Diarios de Viaje Nuestras guías RoadTrips por Vivi en 3 agosto, 2023

Este primer día de nuestro viaje a Grecia, fue prácticamente un día completo de traslado y viaje hasta Grecia y en concreto, hasta el primer punto de nuestro itinerario: Meteora.

Este artículo forma parte de la Guía y Diario de viaje por Grecia. Puedes ver todos los capítulos en nuestra Guía de Grecia.

Iniciamos nuestro día muy temprano, ya que cogimos nuestro vuelo en A Coruña a las 08.00 h. Tras una escala en Barcelona y añadiendo la hora más que es en Grecia, llegamos a Atenas a las 14.20 h. Como ya hemos aprendido que no nos gusta nada la comida de los aeropuertos y mucho menos sus precios, siempre que nos coincide un vuelo largo, llevamos comida con nosotros. En esta ocasión, Simón preparó unos maravillosos bocatas de tortilla, que nos sentaron de muerte.

Llegamos al aeropuerto internacional Eleftherios Venizelos (ATH), que está a algo menos de 30 km de Atenas. Es un aeropuerto grandote y moderno, que tiene hasta su propio museo arqueológico. Nosotros únicamente recogimos nuestro equipaje y nos dirigimos al mostrador de nuestra compañía de alquiler de coches.

Tras firmar todo el papeleo, fuimos a recoger nuestro coche. Estos trámites y los desplazamientos nos llevaron como una horita más. Tras este tiempo, acomodados en nuestro coche y con el GPS del móvil funcionando, iniciamos ruta. Bueno, y tras hacer unos pocos numeritos para meter nuestro equipaje en el pequeño maletero (y no es que lleváramos mucho equipaje).

La autovía y carretera hasta Meteora fue muy agradable y cómoda. Lo que sí, ya empezamos a ver que pagaríamos muchos peajes y bastante caros. También nos dimos cuenta de que todo vale para adelantar en Grecia y que hay que estar muy pendientes en este sentido.

Hicimos dos paradas. La primera en una estación de servicio, para coger un café y una botella de agua (1 euro por 1,5 litros, ya que en Grecia encontramos agua barata por todos lados, incluido el aeropuerto). Y la segunda en las cercanías de Lamia, a medio camino más o menos, entre Meteora y Atenas.

Veinte kilómetros antes de Lamia, se encuentra el paso de las Termópilas, muy conocido para los fans de la película 300. Se dice que allí en el año 480 a.C., 300 espartanos, consiguieron detener temporalmente al ejército de Jerjes, que los superaba enormemente en número. El lugar tiene una estatua conmemorativa, pero no tiene mucho más que ver. Como muchos lugares que vimos en Grecia, es necesario valorarlo por su importancia histórica y dejar volar un poco la imaginación.

Cuatro horas y media después de coger el coche, llegamos a nuestro destino: Meteora. Mientras nos íbamos acercando en coche, ya desde lejos, alucinamos con los inmensos peñascos de piedra que veíamos al fondo. El paisaje se iba haciendo cada vez más espectacular y un poco irreal.

Para alojarnos en la zona, decidimos hacerlo en Kalambaka. Kalambaka es la población por la que se entra, moderna, compacta, pero con todos servicios necesarios y con bastante vida. La otra opción para dormir es Kastraki, muy cercana también. Kastraki es más pequeñita y con un ambiente más tranquilo y rural. Lo mejor es que está literalmente debajo de los peñascos y casi todos los alojamientos y restaurantes, tienen unas vistas espectaculares. Nosotros nos decantamos por Kalambaka por los servicios que tiene y por la oferta hotelera en aquel momento.

Por otro lado, decidimos dormir dos noches aquí, para disfrutar de un día completo en Meteora, incluyendo el amanecer y el atardecer. Está claro que se puede dormir una de las dos noches en otro lugar, pero bajo nuestro punto de vista, merece la pena recorrer este increíble lugar sin prisas. Hay gente que se queda varios días, para hacer rutas de senderismo, trekking y escalada.

Dormimos en el Hotel Galaxidi dos noches. La ubicación del hotel resultó excelente, así como su desayuno. En cuanto a las instalaciones, son correctas, aunque algo anticuadas y mejorables. Tuvimos con el colchón una relación difícil, jeje.

Cuando llegamos ya estaba empezando el atardecer y apuramos para poder ver el pueblo y las vistas con algo de luz. Aunque el pueblo no es bonito en sí, la ubicación lo hace todo. Caminando por él, me sentía tan nerviosa como el día antes de empezar el cole, sólo con pensar en las visitas del día siguiente.

Cenamos en la Taverna Panellinion, con decoración tradicional y trato muy cercano. Como nos pasa habitualmente (supongo que como a otros muchos españoles), nos hablaron toda la cena en italiano; siempre nos confunden. Ensalada griega, pastitsio (una especie de lasaña, pero con macarrones) y feta al horno (queso típico de Grecia) y ya estábamos completamente enamorados de la cocina griega.