En el día de hoy entraríamos en la región del Peloponeso, donde pasaríamos los siguientes cuatro días. Por un lado descubriríamos uno de los puntos turísticos más importantes de Grecia, Olimpia y otro de los más tranquilos, Dimitsana. Para dormir, elegimos este último punto, Dimitsana, uno de los pueblos medievales de la región de Arcadia.
Este artículo forma parte de la Guía y Diario de viaje por Grecia. Puedes ver todos los capítulos en nuestra Guía de Grecia
Nos despertamos en Galaxidi, en el maravilloso Archontiko Art Hotel. Como mencionamos en la entrada de ayer, resultó ser encantador y uno de los mejores desayunos que hemos probado. Además, el desayuno es en una encantadora terraza, llena de gatos griegos, jeje. No podía faltar en nuestro desayuno, un maravilloso yogur griego de la casa y miel de la zona.
Una vez hecho el check-out, iniciamos ruta en nuestro coche, recorriendo la costa y el golfo, hasta llegar al puente colgante Rio- Andirio, una maravilla de la ingeniería. Este puente une las dos zonas y salva una gran distancia, que antes sólo se podía hacer en ferry o dando una gran vuelta. El peaje, eso sí, es de 13,30 €.
Llegamos a Olimpia tres horas después de arrancar. Olimpia es la cuna de los juegos olímpicos y donde se continúa encendiendo la llama olímpica cada cuatro años, para llevarlo hasta el lugar donde se celebran las Olimpiadas. Por ello, es un lugar con una historia fascinante, pero además, 100 % recomendable para todas las personas interesadas en las Olimpiadas.
Al llegar al lugar, tal y como nos habían contado, vimos que el pueblo estaba muy orientado al turismo y los restaurantes no nos llamaban mucho. Por ello, decidimos comprar comida para llevar y hacer así un picnic en el momento que nos apeteciese de la visita.
Comenzamos la visita por el Museo de Historia de los Juegos Olímpicos de la Antigüedad. Allí compramos la entrada combinada para este museo, el Yacimiento y el Museo Arqueológico (12 euros). La entrada se puede comprar en cualquiera de los tres puntos, pero aconsejamos éste, ya que aquí no había cola. Una vez con la entrada, ya no hay que hacer cola en ningún sitio. El museo es realmente interesante.
Seguidamente nos dirigimos al Museo Arqueológico de Olimpia. Como comprobaríamos durante todo el viaje, los museos arqueológicos en Grecia son imprescindibles para comprender los yacimientos y porque allí se guardan las piezas más valiosas para protegerlas. Resulta muy interesante la maqueta del lugar y los frontones de los templos.
Al terminar la visita, decidimos comer en el exterior. Llevábamos con nosotros lo que habíamos comprado al llegar: tyropitas (una especie de empanada de queso, que compramos en Takis Tyropitas), queso feta, pan y aperitivos. Lo único malo, es que en los sitios que visitamos allí no funcionaban las máquinas expendedoras y las cafeterías de los museos estaban cerradas. No sé si funcionarán en temporada alta, pero parecían casi abandonadas. Por lo tanto, si se necesita bebida fresca, es necesario ir hasta el pueblo. Nosotros nos conformamos con la bebida que llevábamos, aunque estaba bastante caliente, ya que la temperatura era muy elevada.
Tras la visita visitamos el Yacimiento de la Antigua Olimpia, prácticamente solos. Es increíble ver como en Grecia, tras la comida, quedan casi todos los lugares de interés vacíos. La mayor parte de los turistas van en Crucero o en excursiones desde Atenas y se van pronto.
La Antigua Olimpia, como no, es Patrimonio de la Humanidad y tiene paneles informativos, que junto con la previa visita a los museos, ayudan a comprender las ruinas y a ponerse en situación.
Una vez terminada la visita, nos encaminamos hacia el interior de la península, por carreteras muy serpenteantes de montaña. Hay que calcular bien el tiempo, ya que la distancia parece pequeña, pero la carretera es realmente estrecha y con muchas curvas, por lo que lleva casi dos horas llegar. Además, apenas hay poblaciones y no hay iluminación por la noche, así que mejor asegurarse de llegar de día al destino.
Fuimos directos al hotel en el pueblo de Dimitsana, ya que la visita a Olimpia nos llevó bastante tiempo y ya casi era de noche. Nos alojamos en el hotel rural Archontiko Deligianni y realmente nos encantó. El hotel tenía unas vistas y unas instalaciones estupendas en medio del pueblo y la señora que lo regenta es muy amable y te hace sentir como en casa.
Caminamos un poco por el pueblo para ver las vistas y la zona, ya anocheciendo. Una vez llegó la noche, el pueblo se sumió en una calma absoluta y casi parecía que estuviéramos solos. Elegimos para cenar la taberna Sto Kioupi y disfrutamos de una pasta muy pequeña que hacen en la zona con gallo y de dolmadhes (hojas de parra, rellenos de arroz y carne picada). La taberna es tradicional y presume de utilizar sólo productos locales. Además, durante el día tiene unas vistas maravillosas.
INFO
- Peaje para entrar en el Peloponeso por Patras: 13,30 €.
- Entrada combinada Olimpia: 12 €.
- Nuestro hotel en Dimitsana: Archontiko Deligianni
- Cena en Sto Kioupi: 21,7 € por dos personas.
UBICACIÓN
Este artículo forma parte de la Guía y Diario de viaje por Grecia. Puedes ver todos los capítulos en nuestra Guía de Grecia